Nunca me han gustado las despedidas, pero esta vez tengo que hacerlo oficialmente. Seguramente algunos de ustedes se habrán dado cuenta de la caída de Quey.la, y no es para menos. No ha sido una caída menor: comenzó el martes a las 8:13 a.m. (hora colombiana) y, siendo las 11:02 p.m. al momento que redacto esto, aún no ha regresado. Peor aún, no he obtenido ninguna respuesta. ¿Qué sucedió? Tengo casi las mismas respuestas que ustedes, aunque sí tengo algunas teorías.

Es muy lamentable que me tenga que retirar de esta forma, lo sé, pero ha sido la gota que ha colmado el vaso y ya estoy cansado de todo esto. Debo agregar lo más obvio: he sido el mantenedor secundario de este proyecto, por lo que el trabajo principal siempre ha recaído en Sam, Custard, Don Tacos o como sea que ustedes lo conozcan. Él siempre ha cumplido un papel importante en dichos servicios y, de hecho, la infraestructura siempre ha sido suya. En lo que a mí respecta, solo quería financiar un lugar donde pudiera expresar mis ideas sin limitaciones y donde yo tuviera el control. No era una cámara de eco, por supuesto que no, sino más bien, ser parte del equipo. Pero fui demasiado ambicioso y este es el resultado.

Al principio éramos tres: Pulgovsky, Sam y yo. Sin embargo, debido a mi paranoia y sed de perfección, la cifra se redujo a solo dos. No lo niego. La idea siempre fue ofrecer servicios en pro de la privacidad en línea, con servidores autohospedados que recopilaran la menor cantidad posible de datos, o en lo posible, ninguno. Además, manejamos los más altos estándares de seguridad para garantizar la protección de la información del servidor. Sin embargo, al parecer, nada de eso sirvió.

Actualmente, no tengo acceso al servidor, no tengo en absoluto comunicación con Sam, el mantenedor principal, quién bajo su servidor mantenía todos sus portales de comunicación, los mismos que ahora no funcionan debido a dicha caída, de seguro no pensó nunca en tener una maldita cuenta alternativa para utilizarla en estos casos.

En fin, mis teorías son:

  1. El servidor se quemó, la infraestructura peto.

  2. Un ataque al servidor tan potente que ha imposibilitado la recuperación (tuvimos 3 grandes ataques desde los inicios, aunque nunca nos había dejado inactivos tanto tiempo).

  3. Le sucedió algo a Custard.

  4. Custard decidió desconectar y mandar todo al carajo.

No planeo culpar a nadie en particular ni exponer a alguien, pero tampoco puedo quedarme de brazos cruzados mientras todos recurren a mis opciones de comunicación para preguntarme qué pasó. Por suerte, en nuestro sitio solo había alojados dos usuarios que decidieron migrar de otras instancias. El resto de las cuentas eran amigos/familiares que apoyaban el proyecto, lo que me hace sentir menos culpable acerca de la desaparición del mismo. Sin embargo, no es nada aliviante porque finalmente fallé, fracasé en mi misión de ofrecer un servicio seguro y estable. Más allá de criticar a terceros, tenía que garantizar lo mejor de lo nuestro, algo que funcionó a la perfección durante mucho tiempo sin tener que recurrir a soluciones como CloudFlare o Fastly. Pero esta vez no pudimos garantizar la actividad del mismo servicio. En resumen, fuimos incompetentes. No hay otra palabra.

En fin… me cansé de lidiar con Fediblocks y todos los detestables del Fediverso qué nunca me olvidaron, esta es una razón grande para decir adiós y tal y como lo prometí en su momento: “Está será la última vez que le dé una oportunidad al Fediverso, de lo contrario me iré” Ahora cumplo la palabra, de una forma horrible de cumplirla, pero lo hago. Cómo mucho dejaré una cuenta del blog enlazada para las publicaciones y ya está.

Acepto la derrota, si en algún momento algo cómo Nostr o BlueSky se posiciona, allí estaré y me prepararé para financiar algún otro proyecto comunitario.

Adiós y me disculpo por todo. Estaré actualizando esto por si hay noticias relevantes, frente a sus datos haré lo posible para que puedan realizar las migraciones correspondientes sin problemas (de haber la posibilidad).