Últimamente he estado muy desconectado de Internet gracias a mi extensa labor del mundo real, en donde gracias a ella subsisto, pero, por el contrario, me roba todo mi valioso tiempo, siendo disfrutable unas pocas horas para recuperar las labores de la casa y de ocio personal. Teniendo todo lo anterior en cuenta, es de resaltar que paso gran parte de mi vida en el trabajo, por lo tanto, gran parte de la misma en el transporte público, siendo este uno de los mayores dolores de cabeza en la actualidad y por los cuales escribo esto.

El Metro de Medellín es el nombre dado al sistema de transporte masivo tipo metro que sirve directamente a la ciudad de Medellín y a los municipios de su área metropolitana: Envigado, Sabaneta, Itagüí, Bello y La Estrella e indirectamente a Barbosa, Girardota, Copacabana y Caldas. La misma denominación es utilizada para identificar a la empresa dueña y operadora del sistema metro, la Empresa de Transporte Masivo del Valle de Aburrá Limitada – Metro de Medellín Ltda., o al conjunto de sistemas de transporte masivo que sirven al Valle de Aburrá operados por la misma empresa.

El Metro de Medellín fue el primer sistema de transporte masivo moderno en Colombia. Inició su construcción el 30 de abril de 1985 y fue inaugurado el 11 de noviembre de 1995. Está compuesto por dos líneas férreas de servicio comercial y una línea férrea de enlace, con una longitud total de 34,5 kilómetros y 21 estaciones en operación, ocho de ellas con integración.

En resumidas cuentas fue lo más novedoso que trajeron para Colombia y como no, también la deuda más extensa del departamento que aún persiste.

“Diversos problemas en su construcción y financiación obligaron a la ciudad, entre otras medidas, a pignorar su renta por gasolina y tabaco durante más de 80 años (hasta 2087)”. Deuda que en sus inicios se dividía en 60% aportes del Departamento de Antioquia y el Municipio de Medellín y el restante 40% de la Nación, luego en 2004 se firma un acuerdo para que fuéramos los mismos Antioqueños (una sola región) los que pagáramos la deuda.

La cancelación de la deuda con la Nación (deuda interna en pesos colombianos) está asegurada con el mencionado Acuerdo de Pago. Se terminaría de pagar en 2083, ya que mundialmente la financiación de estos sistemas masivos de transporte se difiere aproximadamente hasta la vida útil del mismo; sin embargo, el buen comportamiento del pago hasta ahora, ha hecho proyectar su cancelación total al año 2057. Las capitalizaciones de los socios (Municipio de Medellín y Departamento de Antioquia) se han cumplido en un 100% desde la firma del Acuerdo de Pago. La deuda por pagar a la banca externa (deuda externa en dólares) se terminará de cancelar en 2024.

Son datos curiosos, más teniendo en cuenta que en la actualidad los daños en el sistema van en aumento tanto por la recesión en la cultura de la población, como también en los siniestros, a eso sumarle las nuevas adquisiciones del sistema para ampliar su servicio, tal cual el Metro de la 80, que aun ni ha comenzado y ya llega con polémicas encima, tanto por su costo como por la única firma que se ofreció a construirlo, misma firma que ha tenido historiales patéticos en el territorio.

Ahora bien, este sistema no ha quedado exento de fallas (sorprende sería que no hubiera) teniendo en cuenta su valor, los ingresos que reciben, el apoyo de la gobernanza y la población, es de criticar su administración y ahí les coloco datos cronológicos con fuentes de información de los historiales más destacados de fallos en el sistema, mismos que han causado colapso en la ciudad, a tal punto de pararla y causar problemas laborales.

Por allá en 2014, lo que parecía tener una pelea de tinte político entre el Área Metropolitana y el Metro de Medellín, terminó en una sanción de más de 92 millones de pesos en contra de la empresa de transporte masivo del valle de Aburrá; producto de una investigación que puso en evidencia que la compañía no estaba invirtiendo lo necesario, según lo ordena la Ley de Metros, en un fondo para reposición, renovación y repotenciación de equipos.

10 de febrero de 2015, Un tren del Metro fue evacuado en la tarde de este martes luego de que se presentara una falla técnica en la estación de Acevedo.

“Se presentó falla técnica en un tren en Acevedo a las 5:40 de la tarde. El tren es evacuado y sale de circulación”, indicó en un comunicado el Metro de Medellín.

24 agosto de 2016, Daño en el sistema Metro colpasó el transporte público. En videos ciudadanos quedó registrado como usuarios bajaron de los trenes y congestionaron la vía férrea.

14 de Febrero de 2018, El caos de un día sin metro en Medellín: Eran las 3:09 de la tarde cuando un mensaje del Metro de Medellín, en sus redes sociales, anunciaba que la línea A, esa que recorre el Valle de Aburrá desde La Estrella hasta Bello, solo prestaría servicio desde la estación Niquía hasta San Antonio y viceversa, debido a un problema en una catenaria cercana a la estación Aguacatala.

Y la más reciente, en el año 2022 (Junio 16): cinco estaciones del Metro de Medellín están fuera de servicio. El Metro de Medellín informó que, producto de las fuertes precipitaciones que se registraron durante la noche y madrugada de este jueves, la línea férrea resultó gravemente afectada.

En consecuencia, el tramo A del sistema masivo de transporte opera entre las estaciones Caribe y La Estrella. Es decir, no está habilitado el paso por Niquía, Bello, Madera, Acevedo y Tricentenario.

“Conserva la calma y sigue las indicaciones del personal. Todos somos parte de la solución”, recomendó la administración del Metro que, de momento, no tiene una hora estimada de apertura de las etapas que están ubicadas en el norte del Valle de Aburrá (https://twitter.com/metrodemedellin/status/1537367733549076487).

¿Por qué se produjo el socavón y cuál sería la solución?

El socavón en una de las vías es solo una muestra de lo que puede pasar en por lo menos 13 zonas del sistema. El problema es que se requieren grandes obras sobre el río Medellín, pero no hay recursos.

Para Juan Fernando Salazar, profesor de la Escuela Ambiental de la Universidad de Antioquia, esto es un “síntoma de un problema mucho más grave”.

“Hemos venido realizando en el valle (de Aburrá), sin pensar mucho en el agua, muchas canalizaciones, mucha impermeabilización del terreno, muchas construcciones que han ido arrinconando al río y a sus afluentes y eso hace que cuando llueve muy intensamente el agua se recoja muy rápido y vaya muy rápido a los afluentes del río y vaya muy rápido al río y eso causa problemas como este”, explicó Salazar.

“Eso se hace con ordenamiento territorial, hay que evitar que las laderas del valle de Aburrá se sigan urbanizando como lo han venido urbanizando hasta ahora y eso puede agravar el problema porque lo que se hace arriba en las laderas afecta lo que pasa abajo, con las inundaciones”, agregó.

Un vídeo de lo que sucedió ese día:

En mi fatal experiencia, resumidamente: ese día salí a las 5:30 AM del trabajo y pude llegar a mi casa pasada las 8 AM ¿Por qué? A pesar de que había buses que mandaron a cubrir la zona, no daban abasto, simplemente veías pasar bus tras bus totalmente llenos, los taxis podías verlos con de hasta 5 personas y ni que hablar del transporte por aplicación, simplemente no podías acceder a ellas porque andaban caídas de tanto requerimiento ¡un absoluto caos! Solo quería llegar a mi casa y tirarme en mi cama sin quererme volver a levantar y peor aún, lo que se vino en esos días fue aún peor, teniendo problemas de casa, al trabajo y viceversa, en total termine gastándome el doble de dinero de lo que me gastaba usualmente en transporte, fue tanto el trauma que pensé en renunciar mientras se solucionaba la contingencia… era un reto poder llegar al lugar del trabajo y ahí va mi siguiente crítica:

¡Maldito SITVA!

¿Qué es el SITVA? El SITVA (acrónimo Sistema Integrado de Transporte del Valle de Aburrá) es el sistema de transporte público masivo de Medellín y su área metropolitana. Tiene como objetivo reducir a una sola el número de empresas prestadoras del servicio de transporte en la ciudad, y así los precios a través de la Tarjeta Cívica y los tiquetes integrados.

Teniendo en cuenta lo anterior, la persona de a pie, que no tenemos ni carro, ni moto, ni otro sistema de transporte propio, dependemos exclusivamente de una sola empresa de transporte para poder movilizarnos de un punto A – B en la ciudad ¿El problema? Queda bastante evidenciado con las anteriores fallas resaltadas anteriormente en el texto, después del que sistema público de la red Metro colapsa, no hay vuelta atrás, no hay servicio de taxis que te salven o servicio de aplicaciones y ni que decir de los buses prestadores de servicio, que ya quedan pocos fuera de las garras de la red Metro y a pesar de que en la contingencia más reciente producto del Socavón en la línea férrea, se unieron para prestarnos el servicio, no funciono mucho, de verdad que se notó la desorganización, cero coordinación e incluso lidiabas con el cambio de tarifas de un punto a otro, siendo este tener la penosa experiencia de en algún momento deber un extra. Agrego: de un día a otro las rutas cambiaban, me paso y fue que me subí en uno que me llevo a “x” lugar aproximado a mi lugar de trabajo y al otro día me dejo en el medio de la nada, a mucha distancia de donde tenía que llegar… inocentemente quede frustrado, producto de la organización tan pésima.

“Los usuarios pueden pedir la certificación en caso en que, en ocasión a estas fallas o eventualidades, lleguen tarde a su lugar de destino. El trabajo, una cita médica, la universidad o su lugar de estudio”, manifestó el funcionario.

¿Cómo se puede pedir? Se hace a través de los diferentes canales de contacto que tiene el sistema como la línea Hola Metro, el chat que está en la página web (https://www.metrodemedellin.gov.co/) y el correo electrónico contactenos@metrodemedellin.gov.co.

La empresa reciben la solicitud y hacen la valoración con fecha, hora y lugar que el usuario informe en la petición. La certificación se le envía a través de correo electrónico.

¿Por qué no hay que dejar de hablar de lo que pasó en el metro de Medellín?

Lo que esta contingencia evidenció es que desde 2014 la Universidad Nacional ha hecho cuatro estudios, contratados por el Área Metropolitana, tras la caída de un muro que afectó la línea férrea, con los que ha identificado 13 puntos críticos para el metro sobre el cauce del río Medellín y por lo menos 84 en toda la ronda (de los cuales 47 ya han sido intervenidos), lo que en parte se explica en la canalización en línea recta del afluente, que antes tenía un cauce meándrico y ondulado, que se hizo hace 70 años y que solo ha recibido mantenimiento una vez en todo este tiempo. Debido a esto, se han identificado socavaciones y puntos en riesgo, especialmente en el sur del sistema y en estaciones como Acevedo e Industriales, que ya han visto afectadas sus operaciones por esta situación.

Al respecto, Tomás Elejalde, gerente del metro de Medellín, indica que el sistema ha invertido en los últimos dos años alrededor de $20.000 millones para evitar emergencias en el margen del río, pero esto no es suficiente. “El metro es un usuario y víctima del invierno. Nosotros hacemos un aporte, pero no somos responsables del mantenimiento de la totalidad del río. Son las corporaciones autónomas y las autoridades ambientales las que deben atender los puntos críticos que también se han visto en Girardota y Barbosa, pero que además afecta vías nacionales y regionales, como redes eléctricas e hidráulicas que van al margen del cauce”.

Por su parte, el Área Metropolitana ha indicado que por ley no es el llamado a responder por el río, pero lo ha hecho, con las únicas obras de mantenimiento sobre el margen, en las que se han invertido $75.000 millones, y los estudios, en los que se han invertido más de $5.000 millones, así como tiene previsto seguirlo haciendo en el marco del convenio Nuestro Río, en el que participan la Alcaldía de Medellín, el Amva, el Metro, Corantioquia y Cornare. Por lo que el llamado a los 10 municipios y a todos los involucrados en la intervención del afluente ha sido a tomar acciones conjuntas para atender los puntos críticos.

¡No era previsible? ¡Claro que si es previsible! Si se conoce la dinámica hidrológica de la cuenca del río Medellín y sus afluentes, la ley 388 de 1997 y sus decretos reglamentarios establecen la obligación de respetar las rondas de los ríos y reglamentar las zonas de expansión. El país lo que requiere es geomorfologos, climatologos y profesionales con contundencia técnica y no politiqueros en los cargos técnicos directivos.

¿Solución?

La urgencia de una línea complementaria para el metro se hace manifiesta ante los inconvenientes y el colapso que esto genera, ya que es la columna vertebral de la movilidad en el Valle de Aburrá.

Andrés Emiro Díez, ingeniero e investigador de la UPB, explicó que este es un sistema enmallado, es decir, que solo tiene un eje y no cuenta con vías alternativas. Al contrario, como ocurre en el metro de París, los daños pueden ser más recurrentes, pero se generan menos afectaciones en el servicio porque cuenta con hasta cinco líneas alternativas que descongestionan el servicio mientras se soluciona el contratiempo.

“El metro de Medellín moviliza 40.000 personas cada hora en un sentido y la más mínima falla colapsa toda una ciudad, por lo que es necesario construir rutas alternativas como el Tren del Río”, concluyó el experto, al referirse al proyecto que impulsa la Gobernación de Antioquia para prestar servicio de pasajeros entre Aguacatala y Barbosa.

Es quizás una solución el proyecto del Tren del Río, en donde, de ser una realidad, serviría para descongestionar toda la principal línea del metro, aunque en la actualidad ya se tienen planos y estudios del proyecto, falta lo más importante: designación de los recursos para su construcción, por lo tanto, parece solo dar patadas de ahogado dicho sistema y queda solo soñar.

Vídeo de información del proyecto:

Sin más… espero que dicho sistema de transporte siga mejorando o al menos que surjan alternativas sostenibles que es lo que necesitamos los usuarios de a pie y no quede más cómo un idealismo el “transporte publico ideal” y una escapatoria a un sistema de transporte propio, congestionando más las vías con vehículos contaminantes.